¿NO SABE DIOS QUE ME REFIERO A EL?
Algunas personas se preguntan:
¿No lo sabe todo Dios? ¿Acaso no sabe El que me refiero a El, aunque lo llame con otros nombres?
Suponga que su nombre sea Miguel. ¿Sabría Usted que yo lo estoy llamando si le dijera: '!Oye José!'?
Si yo lo llamara a Usted con otro nombre, normalmente usted se ofendería bastante y causaría que usted se sorprendiera. Y Usted se preguntaría por qué yo, tercamente, me rehúso continuamente a llamarlo por su nombre Miguel?
Además, el nombre José se refiere a otra persona completamente diferente y no a Miguel.
Así mismo se ofendería Yahweh, si rehusamos tomar en serio Su Nombre. Él nos advierte en Malaquías 2:2 “Si no oyereis, y si no decidís de corazón dar gloria a mi nombre, ha dicho Yahweh de los Ejércitos, enviaré maldición sobre vosotros, y maldeciré vuestras bendiciones; y aún las he maldecido, porque no os habéis decidido de corazón.”
Juan 4:24 nos dice: “Yahweh es Espíritu; y los que le adoran en espíritu y en verdad es NECESARIO que lo adoren.” Su nombre es parte de esa verdad necesaria.
Esto es claro y sencillo. Yahweh nos indica cuál es su Nombre. Él nos ordenó llamarlo por su Nombre; no tenemos la alternativa de llamarlo "el Todopoderoso de todo el universo," o todo lo que nosotros queramos, como si fuera su nombre propio.
No podemos ponerle otro nombre propio a Yahweh. En ningún lugar de la Biblia le es dado al hombre la autoridad de cambiar el nombre del Creador. ¡Nunca un adorador le dice a otro que él adora cómo Él debe de ser adorado! Yahweh nos dice eso. Nosotros no le decimos a Él. Conceder un nombre es la prerrogativa (un derecho exclusivo o privilegio) de un superior, como cuando Adam ejecutó su dominio sobre los animales al darles sus nombres, o cuando un padre nombra a su hijo o hijos. Es siempre la prerrogativa del superior, nombrar al inferior y nunca vice-versa.
A la humanidad le fue dado el dominio o la administración sobre la tierra (Gene. 1:28), para mostrar sus responsabilidades, Adán fue autorizado por Yahweh nombrar todas las criaturas (Gene. 2:19-20). Yahweh tiene control de la tierra, cielo y los océanos, y el hombre tiene gerencia sólo sobre la creación que hay sobre la tierra. No tenemos autoridad en las cosas celestiales, tales como llamar a nuestro Creador como nosotros deseemos.
Yahweh dice: Yo soy “celoso por mi Santo Nombre” Ezequiel. 39:25. Y tenemos que tomar estas palabras en nuestro corazón. Si lo hacemos, Él prometió: “Y todo aquel que invoque el nombre de Yahweh, será salvo; porque en el monte de Sion y en Jerusalem habrá salvación, como lo ha dicho Yahweh, y entre el remanente al cual Él habrá llamado." (Joel. 2:32; ver Romanos. 10:13)
Saber “lo que usted quiere decir” no hace diferencia alguna para Él si usted rehúsa a darle el honor y gloria que Él demanda. Aun sabiendo lo que usted quiere decir; el punto es, qué Él ORDENÓ a su pueblo que lo llamara de la forma que se les manifestó, el Nombre del pacto. Su nombre lo representa a Él y su verdad.
Ningún otro título o designación puede hacer esto; ningún otro título o nombre substituto lo revela como el único que será todo lo que su pueblo quiera o necesite que él sea. Esa es la esencia y significado del nombre “Yahweh.”
No podemos decir que sabemos quién es Él y pretender adorarlo según ese conocimiento si estamos usando títulos que no aciertan completamente la norma cuando se trata de la identificación, descripción, y definición del único a quien adoramos. A través del profeta Isaías Él expresa, “Por tanto, mi pueblo sabrá mi nombre por esta causa en aquel día; porque yo mismo que hablo, he aquí estaré presente (Isa. 52:6).
En unos escritos de la publicación del Adventista del Séptimo Día, el Editor asociado Don F. Neufeld, provee estas revelaciones: “Yahweh es el nombre que identifica al Dios de los hebreos. Donde los filisteos adoraban a Dagón; los egipcios, a Amón; y los amonitas a Milcom, los hebreos adoraban a Yahweh... Cuando la voz dijo ‘Yo soy Yahweh,’ no había duda alguna en la mente de cualquiera que estuvo presente en cuanto a la identidad del vocero. Él fue el Dios de los hebreos. Hasta donde se conoce, ningún otro pueblo llamó a sus dioses por sus nombres” (The Advent Review and Sabbath Herald, 1971)
Si usted honra los deseos de otro ser humano en cuanto a usar su nombre personal, ¿cuanto más debería honrar a la petición de su creador de llamarlo por su Nombre? ¡Él, es el único que puede dar salvación!
Tome en cuenta; si el nombre realmente no importa, ¿le importaría a usted si Yahweh tiene el de usted en el momento cuando se llegue a éste en Su Libro de la Vida? Tome en cuenta lo que Yahshua indica: “El que venciere será vestido de vestiduras blancas; y no borraré su nombre del libro de la vida, y confesaré su nombre delante de mi padre, y delante de sus ángeles... Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego. (Apoca. 3:5, 20:15).